Cinco victorias consecutivas. Una más, ésta en territorio enemigo, ante un equipo necesitado que pese a jugar en inferioridad numérica una buena parte del encuentro vendió cara la derrota. Sin embargo, el Algeciras CF le ha cogido el pulso al grupo con un comienzo arrollador debido a su solvencia, consistencia y carácter. La ausencia obligada del entrenador Salva Ballesta, cabeza visible y guía del proyecto deportivo, no afectó a los de Juan Maraver, responsable en el banquillo. Es más, el equipo hizo piña y dedicó el triunfo al entrenador que estuvo conectado en todo momento con su cuerpo técnico para coordinar en las indicaciones durante el encuentro.
El once del Algeciras presentaba la inclusión de Yago Pérez en el medio y la presencia de Alcázar en el lateral derecho con respecto al partido con el Tamaraceite. El equipo le cogió el punto al San Fernando que sufrió de inmediato las rápidas acciones ofensivas algeciristas con Álvaro Romero como principal instigador. De hecho, una gran jugada colectiva del equipo reportó el primer gol en el marcador merced a una maravillosa conexión entre Marc Llinares, que filtró el balón entre la defensa, y Álvaro Romero. El delantero recogió el balón y delante del portero rival se lo cruzó para iniciar el camino de la victoria. El gol fue celebrado en una gran melé por todo el equipo, titulares y suplentes, evidenciando lo que es este Algeciras: una familia.
El control del juego, con combinaciones de larga duración, y el dominio visitante desesperó a los de Jovan Stankovic que perdió a uno de sus centrales antes del descanso por expulsión. El resto del partido lo disputó el San Fernando en inferioridad numérica aunque no se vino abajo. De hecho, tras la reanudación logró empatar en una jugada que desbarató Guille Vallejo en primera instancia pero el rechace lo aprovecharon los locales para igualar el resultado.
El Algeciras dudó sólo unos minutos, lo justo para enmendar la plana gracias a uno de sus mejores activos en el césped del campo de Bahía Sur. Marc Llinares está de dulce y lo viene acreditando con el paso de las jornadas. En una acción individual rodeado de contrarios se fajó de los mismos con un taconazo y remate con la zurda colocando el balón fuera del alcance del portero. El 1-2 hacía justicia al trabajo, el empeño y la solidaridad de un grupo que crece y afianza cada jornada que pasa un poco más un liderato incontestable.